La forma en que miras las cosas está determinada por varios factores. De esta manera, el mundo que percibes a tu alrededor está coloreado por tus experiencias y recuerdos. Por ejemplo, el olor a pasto cortado me transporta en una fracción de segundo a aquella niña de 5 años. Hice nidos de pasto maravillosamente perfumados en un patio trasero bañado por el sol con mi vecino y luego samy eclosionar huevos de Pascua de chocolate. Y recientemente mi abuela pasó repentinamente por allí, cuando olí el lirio de los valles de su perfume Diorissimo.
Tu percepción está influenciada por mucho más. Como, por ejemplo, a través de tus valores y creencias. Las creencias pueden ser muy útiles – “Sí, puedo hacer eso” – pero también pueden frenarte considerablemente – “Nunca tendré éxito, también lo haré…” – puedes decidir por ti mismo lo que sigue.
Estos pensamientos saboteadores te hacen anticipar una situación emocionante de antemano. Creas una imagen de cómo resultará la situación y le adjuntas todo tipo de pensamientos y creencias inútiles. Como resultado, esta situación adquiere proporciones aterradoras y se pierde por completo el deseo de afrontarla.
Cuando cambias tu forma de ver las cosas...
A menudo el primer paso es la toma de conciencia. Conciencia de tus propios pensamientos, los filtros a través de los cuales ves una determinada situación. A veces eso por sí solo es suficiente para afrontar una situación de otra manera. Si esto no funciona inmediatamente y todo es más complejo, el coaching puede ofrecer una solución. Juntos analizamos las posibles causas y creamos una perspectiva diferente. Esta nueva imagen te enseña a lidiar de manera diferente con las cosas que sigues encontrando.
Las cosas que miras cambian.
Toma aquí contacto para una perspectiva diferente o una reunión introductoria.