Al llegar, la clienta supo inmediatamente adónde quería ir y, sobre todo, qué quería dejar atrás. A pesar de sus buenas intenciones y de todo su arduo trabajo, hasta ahora no ha podido lograr sus sueños. Un objetivo claro en mente es un buen punto de partida para trabajar. Pero el camino hacia allí es igualmente interesante. Muchas veces no sabemos lo que encontraremos en el camino; acontecimientos inesperados, reacciones impredecibles o incluso un cambio interior que te hace ajustar poco a poco tu objetivo. La persona con mayor flexibilidad controla el sistema.
Entonces, cuando hayas determinado la dirección, la meta esté clara y el rumbo establecido, entonces seguirás el camino; paso a paso. No es necesario ver toda la escalera, sólo da el primer paso.